Hay una palabra considerada no apta para las autoridades del idioma: inapto. Entonces, tratándose de cosas expresémonos como lo indicamos más arriba; refiriéndonos a personas llamémoslas, entonces,
ineptas -término "poco apto" para tratar a un semejante-, y si queremos ser más disimulados, desechando a desapto, que es anticuado, digamos inhábil, inexperimentado, novato, inexperto o novicio, menos hirientes que aquél para señalar a alguien poco "canchero". (A no espantarse, que éste ha sido admitido como argentinismo.)