No es que queramos hilar muy fino en esto de breves minutos, pero está censurado por los buenos hablistas anteponer a un sustantivo como minuto, que no expresa otra cosa que un período de sesenta segundos, el adjetivo breve, como si quisiéramos achicar en su duración algo que no puede estirarse ni encogerse. Con decir pocos o algunos minutos dejaremos tranquilos a los exigentes.