El error descalifica el texto y, también, a su autor, haciendo que el mensaje pierda valor.
Contra lo que podría suponerse, la tecnología no sólo no resuelve el error en texto, sino que lo incrementa, porque ya no hay, como antes, profesionales de la composición de textos. Ahora el autor toma su computadora y produce un texto que llega al ámbito de la edición con un mayor porcentaje de error. Y, si bien existen los programas de ortografía y gramática que pueden auxiliar parcialmente, las computadoras están muy lejos de poder resolver el problema del error (máquinas de sexta generación).
El servicio de corrección implica darle una oportunidad nueva al producto, mediante cuidados que lo mejoran cualitativamente.
La precisión en el lenguaje no es un asunto menor. Es la posibilidad de ser comprendido adecuadamente.